domingo, 18 de septiembre de 2011

DIEGO


Fue una putada, iba para casa montado en su moto y en un estrechamiento de la calle un coche que no había respetado la prioridad, lo embistió frontalmente. Cayó al suelo después de un breve vuelo. Inmediatamente, intentó ponerse de pie, pero no hubo manera. Algo en pierna derecha no iba bien. Al parecer, las rótulas partidas en dos, a parte de doler mucho, no funcionan. El viaje al hospital fue inevitable.
Varios días después, llegaron las visitas al hospital. Y entre ellas, los compis del equipo de natación. Alguno de ellos, además practicaba triatlón y tuvo la brillante idea de llevarle las revistas viejas a la habitación. Y Diego, se las leyó. Ahí empezó todo.
Por supuesto, nada iba a ser fácil – (pero, ¿ a quién le gustan las cosas fáciles?) . Los primeros días de piscina su imagen de cojo atado a una muleta contrastaba con su velocidad nadando (ésta sí era la de siempre). Más tarde siguió con ejercicios de flexibilidad, de potenciación de la musculatura e incluso probó con las bicicletas de spining. La cosa iba bien.
Aunque el destino le tenía preparado un camino diferente. Una mañana, resbaló con la realidad y apareció de nuevo en el suelo con la rótula separada en dos trozos. Algunas veces, el dolor traspasa lo físico hiriendo más allá de lo comprensible ….
Pero se levantó, otra vez. No había vuelta atrás y esta vez la mitad del camino ya se lo conocía. Unos meses más tarde comenzaba a montar en bici y la carrera a pie tardó, pero llegó.
Hace un mes, como preparación para su gran reto, Diego debutó en Cala Bassa. Ya tenía decidido participar en el Home de Ferro y completar su particular vuelta a la vida. Hoy se enteró de que no habrá prueba. Pero eso, para un luchador, no es el problema. Su problema es que piensa que el próximo 30 de Octubre a las 8:00 estará en Figueretas para nadar, rodar y correr sólamente contra sí mismo. Va listo.
Diego, lee atentamente lo siguiente: Aprieta nadando, que en Cala d`hort te voy a reventar.

David

PD: ¿Quién más quiere acompañar a Diego?

domingo, 11 de septiembre de 2011

JUGANDO A LA RULETA RUSA

Un entrenamiento habitual en ciclismo suele ser hacer una rueda. Esta práctica se realiza en grupo, basándose en la solidaridad de todos los componentes.
Procedimiento: Se hacen dos filas paralelas, más o menos con la mitad de ciclistas en cada una. Después, los componentes de la fila de la izquierda van colocándose uno a uno y siguiendo el orden que llevaban al frente de la fila de la derecha. Como en todo momento ambas filas han de tener el mismo número de bicicletas por detrás se va produciendo una actuación similar, es decir el último componente de la fila de la derecha pasa a ponerse detrás del último de la izquierda, y así sucesivamente. Si se viera desde el aire se asemejaría a una rueda girando.
Al hacer este ejercicio el momento de máximo esfuerzo se produce al pasar de la primera posición de la fila izquierda a la primera de la derecha. El motivo es que durante todo el camino recorrido siempre has tenido a alguien tapándote el aire, pero en ese momento, nada te protege. Has de hacer todo el esfuerzo tú solito. Afortunadamente, el de la derecha suele echarte una mano y dejarse caer un poquito. Menos en la rueda de los triatletas. Nosotros no hacemos la rueda, nosotros jugamos a la ruleta rusa. Si quieres pasar, tienes que adelantar, es decir elevar la velocidad. Y cuando estás el primero, mantener. Así la rueda se va acelerando miembro a miembro. Es evidente que la solidaridad no es lo que mueve esta rueda. Tarde o temprano, llegará un momento en que un ciclista de la derecha no podrá adelantar al de la izquierda. Con la piernas ardiendo del esfuerzo y el corazón a mil, el siguiente eslabón de la cadena no llegará. La bala de la ruleta encontró su destinatario. Game Over.

P.D.: Estás invitado a la siguiente partida. Sábados y Domingos a las 9:00 a.m., Camí Vell de Puig d`en Valls.



martes, 6 de septiembre de 2011

12 HORAS NON STOP – PEDALEANDO POR IBIZA – IMPORTANT YOU AND ME -

Antes de empezar con otras cosas más interesantes:
Pedro y yo, lo conseguimos. Estos son los datos:
  • Tiempo absoluto: 12 horas 5 minutos.
  • Tiempo efectivo pedaleando: 11 horas 30 minutos.
  • Distancia recorrida: 300km.
  • Velocidad media: 26,2 km/hora.
  • Velocidad media sobre tiempo absoluto: 25 km/hora.
  • Velocidad máxima alcanzada: 59,2 km/hora.
  • Desnivel acumulado: 2505 m.
  • Calorías: 6647 kcal.
  • FC media: 125 pul/min.
  • FC máx: 156 pul/min.
  • Paradas realizadas : 4 para reponer líquidos, 3 para evacuarlos, 1 por otras causas (se explicará).
  • Consumo de alimentos. Lo resumió Pedro : “6 bidones de sales - 10 euros, 5 de agua – 3 euros, 5 barritas – 10 euros, 10 aminoácidos - 3 euros, 2 sandwiches – 4 euros, 2 higos -0,50 euros, aguantar 12 horas en bici, no tiene precio
La mayor parte de las personas que lean esto se preguntarán, ¿Por qué subirse a una bicicleta y torturarse durante 12 horas?. ¿Para que sirve?. Bueno, para que nadie tenga nunca más una duda así, NO SIRVE PARA NADA. Dicho esto, tanto Pedro como yo, lo repetiríamos (probablemente aumentado). Sin motivo, sólo porque sí. Hace ya casi un siglo, mientras preparaba el ascenso al Everest, Mallory ya respondió a una pregunta parecida. (¿porqué subir al Everest?- porque está ahí). Es evidente que no cabe comparación alguna entre una cosa y otra pero la respuesta es la misma. Hay cosas que no se pueden explicar a quien no las quiere entender.
Hay más preguntas que uno puede hacerse, ¿de quién fue la idea y cómo surgió?. Lo cierto es que durante las horas que pasas entrenando para triatlón de larga distancia, aprendes a evadir la mente y dejar que las ideas vengan solas. Llegan de todo tipo, no sólo deportivas, y normalmente cuando acabas el entreno se van como vinieron. Pero otras, permanecen. Y si al comentarlas coincides con algún compañero, puede surgir algo así. En este caso, Pedro tuvo la idea , a mí me gustó y no tuve que apretarle mucho para concretar el día. Por cierto, ha sido un Lunes porque era el día que libraba Pedro. No pensamos que realmente nadie quisiera acompañarnos en este viaje. Si lo repetimos, será en Domingo, para que quien quiera pueda apuntarse. Aunque quizás lo siguiente no sean 12 horas pedaleando, uno nunca sabe que le tiene su mente reservado.
Ahora podría seguir narrando el cansancio, dolor y felicidad sentida durante ese medio día, pero no fue lo más importante .Lo más importante del día ocurrió sobre la tercera hora, bajando Can Germá, a la altura de la entrada del parking de la piscina, en la salida de la curva. Descendía detrás de Pedro, a unos 10 metros, más o menos y justo en el momento en el que estás en medio de la curva y no ves la salida escuché un golpe. Al salir ví una nube de polvo, una moto en el suelo y a Pedro parado aunque en pie. Descabalgué y crucé la carretera. Ayudé a Pedro a levantar a la señora que manejaba la moto mientras preguntaba que había pasado. Al parecer la señora bajaba la basura en su vespa y al cruzar la carretera, apareció Pedro a 50km/hora. Increiblemente la mayor parte de los daños se los llevó la moto. El ciclista sin un rasguño y la bici casi intacta. Sólo un poco descentrada la rueda delantera. Mientras intentábamos calmar a la señora, alguien pronunció una frase que puede resumir una filosofía de vida: “Moto is not important, bike is not important, important you and me”. Ni Tarzán en sus mejores momentos hubiera podido expresarse mejor.